domingo, 28 de febrero de 2010

Mi vida en un futuro



Soy Sandra, ahora mismo tengo 40 años, trabajo como médico en el hospital Ramón y Cajal. Mi trabajo aveces es duro y complicado, pero tengo la suerte de haber elegido el trabajo que a mi me gusta, aunque yo ya tenía claro lo que quería ser desde bien pequeña. Me acuerdo lo dura y larga que fue la carrera que tuve que estudiar, pero el esfuerzo que hice no fue en vano, ahora tengo un buen empleo y un buen sueldo y lo más importante estoy feliz por todo ello. Vivo en Madrid con mi marido y mis tres hijos, dos niñas y un niño.

La pequeña de mis hijas se llama Ariadna, tiene 8 años, es una niña muy buena y es buena estudiante, es muy obediente y le encanta ayudarme en lo que puede. El mediano se llama Cristian ,tiene 11 años, es un poco revoltoso, inquieto y mal estudiante. A pesar de todo es un buen chico y es muy cariñoso. La más mayor se llama Noa y tiene 13 años es la más responsable de todos. Es una buena estudiante y le gustaría ser médico como yo, es una niña tranquila y un poco cabezota algunas veces.

Conocí a mi marido en el hospital, él fue a mi consulta y desde ahí surgió algo.Mi marido es un buen hombre, es atento, trabajador y es muy detallista conmigo, le gusta verme siempre contenta. Le acaban de ascender a jefe en la empresa en la que trabaja y está muy contento por ello. Me alegro de haberle conocido y de haber emprendido una relación con él.
Empezamos siendo amigos y después nos enamoramos. Comenzamos nuestra relación hace 15 años, decidimos casarnos un año después, y nos compramos un piso en una urbanización en las afueras de Madrid, tuvimos que mudarnos cuando iba a llegar nuestro tercer hijo porque la casa cada vez se nos hacía más pequeña. Ahora vivimos en un chalet, la casa es grande y tiene un jardín con piscina donde juegan los niños. Hace poco que compramos a Nana nuestra perrita, tiene apenas 4 meses, le encanta jugar con los niños pero sobretodo con Cristian. Es una Terranova, es una perra que se hará grande y fuerte pero al mismo tiempo es fiel y cariñosa con todo el mundo.

Estoy contenta por poder haber tenido estudios y haber podido elegir la profesión y la vida que me ha gustado tener, para ello he tenido que esforzarme mucho en los estudios y en mi relación sentimental, para que todo me fuese bien. Me alegro de todos los pasos que he dado aunque aveces han sido para mal, como dice mi madre "rectificar es de sabios" y gracias a todo el apoyo por parte de mi familia y amigos he conseguido todo lo que en la vida he querido.

Sandra.

jueves, 11 de febrero de 2010

El fútbol, más que un sentimiento



El estadio se abre y los seguidores entran al lugar donde ven y sienten los colores de su equipo. A él acuden tanto niños como adultos para apoyar a su equipo. Aunque el fútbol en principio no parezca un deporte violento, a veces los espectadores sienten tanta euforia por sus colores que la transforman en violencia. Esta violencia puede transformarse, por parte de los espectadores, tanto como en insultos como en agresiones a personas del equipo contrario al suyo.
En los equipos están los "ultras", espectadores radicales que pueden llegar a matar por su equipo. En más de una ocasión han agredido o han matado cruelmente a gente del equipo contrario, solo por no ser de su equipo o también por ser de otra raza. En el terreno de juego también hay agresiones y peleas, aunque algunas veces no son intencionadas. A los jugadores cuando provocan alguna agresión son sancionados por el árbitro.

A pesar de toda la violencia lo más importante es lo que sucede en el campo de juego, lo que realizan los veintidós jugadores para que el equipo en el que juegan intente ganar. Aparte de la violencia también hay cosas buenas como el compañerismos en el juego y las muestras de cariño, hacia los jugadores, de algunos espectadores.


En mi opinión el fútbol es uno de los deportes más interesantes, aunque en ellos haya tantas agresiones. Aunque en él hay tanta violencia la afición apoya a su equipo y siente sus colores que es de lo más importante para disfrutar de un buen partido.
También a veces está bien los gritos y la euforia que se produce en el campo para desahogarse y estar mas tranquilo y relajado.


Sandra.